Estaba ciego, en unas oscuras cloacas. Oscuramente familiares. Eran nuevas, sin agua, sin excrementos. Sólo polvo de obra y como mucho, restos de hormigón.
Veía todo bien. Mejor que de costumbre. Con colores oscuros, pero colores, al fin y al cabo. Podía correr en libertad. Era tan libre, que por primera vez, podía pensar con claridad y palabras.
Sólo me faltaba darme la vuelta por última vez, y ver en el suelo la rata que una vez fui. Apestaba. ¿Mi cuerpo sentía tanto asco como el que tengo ahora por las ratas? La nostalgia me da igual. Estoy mucho mejor así, aunque no me acostumbro del todo.
¡Mírala! ¡Huye, rata! ¡Huye! Ya me encargaré de evitar que intentes quitarme esta nueva existencia. O mejor. Dejaré que otro humano lo haga por mi.
Veía todo bien. Mejor que de costumbre. Con colores oscuros, pero colores, al fin y al cabo. Podía correr en libertad. Era tan libre, que por primera vez, podía pensar con claridad y palabras.
Sólo me faltaba darme la vuelta por última vez, y ver en el suelo la rata que una vez fui. Apestaba. ¿Mi cuerpo sentía tanto asco como el que tengo ahora por las ratas? La nostalgia me da igual. Estoy mucho mejor así, aunque no me acostumbro del todo.
¡Mírala! ¡Huye, rata! ¡Huye! Ya me encargaré de evitar que intentes quitarme esta nueva existencia. O mejor. Dejaré que otro humano lo haga por mi.
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