Para saborear con detalle
el último bocado
y tanto o más el primero.
Para apreciar cómo bailan mis sentidos;
al distinguir las texturas,
apreciar los colores,
negociar con las temperaturas.
Para que esta comida
alimente cuerpo y espíritu:
que la impulsividad y la ansiedad
se bajen del timón;
que la mesura disfrutona
y el placer consciente los releven;
que mi lengua le hable a la comida sobre mis valores.
Para que el recuerdo del alimento
sea aliño al futuro.
Ahora oro
para consentirme comer
y comer con sentido.
Kha feijôl.
de ©Shathu Entayla
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