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El Viajero


Cara pan de pez
manchado de nada camina
en todo lo que se colorea
y esfuma en un martillo

de teclas y cajas
cansadas de andar
ígneas al final
de la senda mirada.

Un viajero desolado
con una cuaderna vía
en puertas de oro
de aguas gélidas

va solo por el hielo
de luciérnagas fractales
que se dispersan
en arcaicos fondos.

Viejos queridos
en sueños raspantes
mueven la leche de iba
por el cosmos figurante.

Para terminar de andar
choca la pared de espino
con un pino de nogal
en la caverna del ogro

de la tierra sagrada,
con fuerzas ancestrales
de espadas materiales
y maestros ropados

armados y malvados
en cada paso de día.
De lado, de formas,
en vacíos derechos

a la muerte de pescar
un pez desierto
medusas picantes
y piratas tuertos.

Movido, girado
en un mundo normal
inmensidad de elipses
de sonidos y luces

baten la batidora
de la cocina
de mi madre
haciendo bizcocho.


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