Tus ojos verdes verdes cobijan como las marismas a las garzas. Y es que con su mismo verde brillan como brillaren las verdes ascuas. Como las marismas, que son puente entre el agua dulce y la salada es tu mirada desembocarme donde juegan la vida y la calma. Me miro en tus ojos como un niño. Te veo, y en tus ojos, que me amas. Y el tiempo entre mis ojos nos mira vivir tan despacio que no avanza. Como un balancín que nunca cae equilibrado como por magia. Como cuando vives los latidos y que parece que no sonaran. Como los momentos de bailar que son como besos sin palabras. Así miran mis ojos tus ojos como a marismas maravilladas. Mis alas se limpian en tus ojos como se limpia el alma en el agua. Mi vida brilla mejor, más fuerte porque lo mejor de ella refractas. Cuando ya se han ido tus marismas no vuelan tan felices mis garzas por eso aprovecho tu salobre: que mis alas queden impregnadas de ti; que mi aleteo recuerde a tu risa libre, de esperanza en el presente; que mi boca hable travies...
Un blog de escritura. De letras que vuelan y no saben adónde. Pero te digo de corazón que todo tiene alma aquí.